El naufragio del acorazado “Petropávlovsk”, buque insignia de la flota rusa del Pacífico, precipitó la caída del Imperio Ruso.
Perdieron la vida en el buque el célebre comandante de la escuadra de la Flota rusa del Pacífico, el vicealmirante Stepán Makárov y el famoso pintor ruso de batallas, Vasili Vereschaguin. También murieron 620 marineros y 29 oficiales.
El almirante Makárov fue el único comandante ruso capaz de hacer frente al almirante japonés Togo y su muerte fue lamentada por todos los marineros rusos.
La catástrofe del “Petropavlovsk” fue uno de los sucesos más importantes de la Guerra Ruso-Japonesa, que influyeron en el curso de la campaña, ya que prácticamente descabezó la Flota desmoralizando a los marineros rusos. El 13 de abril de 1904, el buque explotó en una zona minada por los japoneses. El acorazado se hundió casi de inmediato.
Tras la muerte de Makárov, Rusia no sólo tuvo que ceder el puerto de Porth Arthur sino también estaba condenada a sufrir derrota en la guerra con Japón.
Esta situación conllevó a la caída del Imperio Ruso al provocar la revolución de 1905.